Juan de Dios Villanueva Generoso.
00:36h. del Miércoles, 20 de febrero.
(Palabras que me envió mi amigo Sergio Vigoa, director del teatro Karl Marx de La Habana y que comparto comparto en su totalidad)
A mediados de febrero Fidel vuelve a conmover al mundo, no sólo a quienes le seguimos y admiramos, sino hasta a sus propios enemigos. Sólo Fidel, desde su inmensa grandeza como dirigente puede manifestar con tanta precisión que ha llegado el momento de asumir otro tipo de responsabilidades (el “abuelo sabio”, como diría Evo Morales, y que tanto significado tiene para los pueblos originarios) tanto o más importantes para el avance de la Revolución, y nos arriesgaríamos a decir, para la humanidad. El legendario comandante de tantas batallas, reconoce que el actual momento necesita de las nuevas generaciones revolucionarias, que junto con quienes perduran de la vieja guardia harán posible el avance, como hasta ahora, para perfeccionar el socialismo que se viene construyendo en la Isla desde hace medio siglo.
Porque es consciente de su ciclo biológico, porque es responsable con su pueblo, porque se sabe seguro en cuanto a los reemplazos, el Gran Jefe decide no dar un paso adelante (como siempre hizo) para estar en la línea del frente, y le dice a sus compatriotas que ésta vez no será ni Presidente del Consejo de Estado ni Comandante en Jefe.
Que nadie se alarme ni se ponga triste, ya que Cuba está segura y firme, precisamente porque tiene una conducción excepcional como la que representan Fidel, Raúl y sus camaradas, que han dado un nuevo ejemplo de humildad y responsabilidad, y de esta manera aseguran que el proceso revolucionario siga fluyendo normalmente. Por otra parte, quién tiene dudas de que Fidel seguirá siendo el Comandante de todas y todos los que amamos la libertad y la independencia, de los que combatimos al imperialismo allí donde quiera que sea, de los que reivindicamos el orgullo de haber sido y ser rebeldes como nos moldeara el Che y este incomparable hombre que hoy nos dice que renuncia a los cargos pero jamás lo hará a la lucha.
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