sábado, 28 de junio de 2008

Quizás, luego de haber leído el artículo de "Nerón a Bush" del compañero cubano, Armando Hart Dávalos, y algunos otros en estas últimas semanas que se me dio por pensar en el imperio romano.
Rápidamente mis pensamientos me llevaron a Marx y al Manifiesto Comunista de 1848, y su conocido llamamiento "proletarios del mundo, uníos".
La palabra proletarios contaba ya con más de dos mil años de existencia. En la Roma imperial, los
proletarii eran los ciudadanos de clase más baja, que no tenían propiedades y cuya única utilidad para el estado era generar proles (hijos) para engrosar los ejércitos del imperio. Nada ha cambiado, tal como los proletarios romanos los proletarios de hoy nada tienen que ofrecer, excepto su fuerza de trabajo y sus hijos para reproducir, formando así otra fuerza de producción capitalista para los mismos fines.
Las guerras preventivas han tenido su antecedente histórico en el imperio romano de la misma forma se caracterizó por la imposición del esclavismo como modo de producción y por expansionismo cultural, a diferencia del modo de producción tributario existente existente en otras formas imperiales como India, China, Mesopotamia, Egipto, los Incas de los Andes.
Las caraterísticas del imperio romano se repitieron en los imperios absolutistas europeos a partir del siglo XV. El imperio español arrasó con las sociedades exitentes integrandolas por la fuerza a su modo de vida, su religión, su sistema económico, explotando la mano de obra gratuita de los esclavos africanos y de los indígenas.

El imperialismo actual se despoja del Tratado de Westfalia de 1648, el mismo que da origen al concepto moderno y universal de no intervención en otros estados, salvo legítima defensa, para imponer una nueva forma de imperialismo de parte de los Estados Unidos basado en la aplicación de la "soberanía limitada" como "doctrina de intervencionismo justificable"
Por lo tanto Estados Unidos, utiliza a esa nueva "proletarii" inmigrante y sin papeles, que también ha sido usada por España. A diferencia del imperio romano el proyecto petrolero estadounidense no ofrece el rasgo distintivo en el que se basó el poder de Roma el orden civilizatorio universal, que en difinitiva le proporcionó "legitimidad" a su dominio y a la acción militar. Ninguna epopeya gloriosa, ninguna vocación a la mejoría universal, solamente antihéroes. Sumando además la carencia de credibilidad de un sistema financiero gangsteril.
Ningún personaje mítico como Eneas, creado por Virgilio en la Eneida, a pedido de Augusto, a fin de glorificar el nacimiento de Roma y legar un nexo divino, por que poco probable que alguién pueda pensar a Bush como un Eneas, ni a Condolezza como la diosa Venus. Podemos acaso imaginarnos los puentes tendidos por el imperio romano hacia Grecia, ya que Eneas, fue un sobreviviente de Troya, con los puentes tendidos hacia Aznar o Blair por parte de Bush?

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