jueves, 22 de mayo de 2008
Ejercito israeli: veteranos revelan corrupción moral
Veteranos revelan corrupción moral
Fuente: Nicolien den Boer, Radio Nederland
Se trata de una de las más singulares visitas que se pueden hacer desde Jerusalén, organizadas por veteranos del Ejército israelí, a sus antiguos puestos en la Cisjordania. Allí, los ex militares hacen revelaciones sobre el proceso de corrupción moral de los soldados, es decir, de la pérdida de la noción del bien y el mal. Con la gira, los veteranos superan uno de los principales tabúes de la sociedad israelí.
"Bienvenidos a la gira Rompiendo en silencio", anuncia uno de los militares por el micrófono en el autobús. Unas cuantas veces por semana, Yehuda Shaul, de 25 años de edad, y sus compañeros de servicio militar, organizan visitas para el público a la ciudad de Hebrón, donde estuvieron destacados.
Por las calles de esta ciudad palestina, los militares exponen una imagen sincera de sí mismos cuando contaban 18 años de edad. Eran jóvenes con nociones morales claras, que se incorporaron con entusiasmo a las filas militares y permanecieron destacados en Hebrón, ciudad done se transformaron en militares que dejaron de considerar a los palestinos como seres igualmente dignos.
Procedimiento militar
Shaul se detiene unos instantes para conversar con soldados que actualmente integran su antiguo batallón. Y si bien los jóvenes militares se niegan a dar un comentario, manifiestan visible incomodidad cuando Shaul explica a los ocupantes del autobús el procedimiento militar en el caso de encontrar una bolsa de plástico en la vía. La bolsa puede perfectamente ser una bomba, circunstancia ante la cual el Ejército maneja tres opciones:
1. Disparar a la bolsa,
2. Aguardar la llegada de expertos capacitados para desactivar artefactos explosivos,
3. Ordenar a un palestino que recoja la bolsa.
"¿Y qué opción creen que elegíamos?", pregunta Shaul al grupo de visitantes. "Efectivamente," reconoce, "la tercera". Seguidamente explica que, desde el punto de vista militar, ésta es la decisión más lógica, pues si un palestino sabe que se le puede utilizar como escudo humano, no se le ocurrirá colocar bombas en la vía. Pero, eso también significa que, como militar, nunca se puede considerar a un palestino como un ser humano. "No es posible disparar en la noche contra alguien en su casa, y al día siguiente considerarlo como un ser igual," advierte.
Uno de los principales tabúes
Según Shaul, la actuación del Ejército en los territorios ocupados constituye uno de los principales tabúes en Israel. La Cisjordania comienza a sólo unos cuantos minutos en automóvil desde Jerusalén, enfatiza el veterano. Y sin embargo, nunca se habla sobre el tema, a pesar de que gran parte de quienes prestan su servicio militar es destacado allí y en la Franja de Gaza.
A su regreso a la sociedad civil, Shaul se hizo consciente del proceso de corrupción moral de la que había sido víctima, y, junto con algunos integrantes de su batallón, fundó la organización ‘Breaking the Silence' (Rompiendo el silencio), con la que causó profunda conmoción en la sociedad israelí.
El año pasado, tres mil personas visitaron Hebrón en compañía de Breaking the Silence. Entre los visitantes se hallaban muchos jóvenes menores de 18 años que aún deben prestar su servicio militar. Shaul se propone hacerles comprender que, como militar, cambiará su forma de pensar, que su visión se hará más estrecha, que, al final de cada día no comentarán con nadie lo que han hecho con los palestinos y que dejarán de cuestionar cosas. "Lo único que les interesará será cómo ganarse más horas de descanso y mejor alimento," precisa
Insultos
Shaul y sus colegas cosechan mucho apoyo pero también mucho rechazo, por ejemplo de los colonos que viven en el centro de Hebrón, una ciudad palestina. El principal objetivo del Ejército israelí en Hebrón es proteger a los colonos judíos que viven allí. Durante nuestra gira, uno de los colonos registra todos nuestros movimientos con su cámara. Un segundo abandona su vehículo para lanzar una sarta de insultos a Shaul, a quien acusa de simpatizar con el enemigo, es decir, con los palestinos. Shaul no reacciona, y sólo se alegra de que, en esta ocasión, por lo menos no lo han agredido con huevos o ladrillos. Unas semanas atrás, un grupo de parlamentarios alemanes fue atacado con piedras.
A pesar de los ataques de los colonos, Shaul no duda acerca de su misión de obligar a la sociedad israelí a mirarse en el espejo. Su organización no sólo insta a la población a abrir los ojos, sino que asume responsabilidad por todo lo que sucede en los territorios ocupados. Shaul considera su obligación como veterano transmitir a la sociedad sus conocimientos y la información de que disponen, y obligarla a iniciar un debate sobre lo que ocurre en los territorios. "Si no lo hacemos, nadie lo hará." 2008 05 22
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