Los años de paramilitarismo en Colombia.
No exiten dudas algunas de los vinculos entre paramilitares y el ejército colombiano. No existen dudas tampoco del lazo entre paramilitares y Uribe. No existen dudas entre todos ellos y el narcotráfico.
Deberiamos volver al tiempo, a modo de ejemplo, al mes de enero de 1995, cuando Carlos Castaño anunció su entrada triunfal a Ubará.
Por aquel entonces, él comandaba las Autodefensas Campesinas de Cordoba,(Accú), y llegó allí, según sus propias palabras, a controlar esa zona que estaba en manos de los guerrilleros.
Aquella avanzada fue vital para el propósito estratégico de los grupos de autodefensas que antes de ese año habían disminuido sus acciones violentas tal como lo demuestran las estadísticas.
En ese tiempo, el cartel de Medellín había perdido a Pablo Escobar Gavira, la organización (narcotraficante), sufrió un período de desorden, dejando a las fuerzas paramilitares, sin apoyo económico y logístico.
Antes de esa época, Escobar se en alianza con José Gonzalo Rodríguez Gacha, (El Mexicano),que habían financiado una banda de sicarios la semilla al paramilitarismo en Magadalena Medio y cuyo modelo se expandió a toda Colombia.
En 1995, Alvaro Uribe asume como Gobernador de Antioquía. En ese período el repunte de las acciones paramilitares fue sorprendente, existiendo numerosos y horrendos testimonios que revelan los lazos entre las autodefensas y la fuerza pública.
Ya en el año 1996, los paramilitares ingresaban a las instalaciones de la Brigada XVII sin ningún obstaculo.
Los enfrentamientos de esa época no se circunsbrían a los actores armados, sino a la población que convivía en aquellos escenarios. A modo de ejemplo, la masacre de Aro, entre el 25 y 26 de octubre de 1997, comprobado por organizaciones de Derechos Humanos.
El abogado, profesor universitario, fundador del Comité Permanente de Derechos Humanos (1979) y presidente del mismo entre 1987 y 1982, fue asesinado por sicarios en Medellín el 27 de febrero de 1998, por denunciar las estrechas relaciones entre el paramilitarismo, el ejército y el cartel de Medellín.
El paramilitarismo responde a una estrategia estatal que tiene profundos alcances de orden político, social y económico. Defensor de los grandes capitales, multinacionales, narcotráfico, y el despojo violento de propiedades.
Han tenido como blanco la población civil, especialmente las comunidades y personas que asumen una posición crítica, recurriendo a masacres, etnocidios, genocidios, magnicidios, torturas, desapariciones forzadas, crímenes de lesa humanidad.
El paramilitarismo data de los años 60.
Desde esa década la fuerza pública y los organismos de seguridad del estado han formado los parámatros de la doctrina de "seguridad nacional".
En la misma década, se recomienda por parte de asesores estadounidenses la conformación de organizacines "antiterroristas", la lucha contra el comunismo, aprobadas ante la ley en 1968.
Paramilitarismo es sinonimo de capitalismo.
Vinculado al desplazamiento de tres millones de colombianos, entre 2,6 y 6,8 millones de hectáreas de tierras rurales arrebatadas a campesinos y empresarios, enórmes negocios con el narcotráfico.
Podemos hablar de paz? NO, a Uribe Vélez no le conviene la paz.
El Plan Colombia ha fracasado en lo social, y el desplazamiento de personas es casi comparable con Irak y Sudán.
La visita de Negroponte a Colombia, deja mucho que pensar.
Este siniestro personaje, resaltó en Medellín la importancia de la iniciativa Mérida en México y las de los TLC, entre su país y varias naciones latinoamericanas, porque proporcionan "seguridad" y "oportunidades económicas a los pueblos"
Estamos retrocediendo a los años 80? Con el mismo gendarme?
Olvidamos los acuerdos de paz de estas regiones que dio paso a los proyectos del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional, y el Banco Interamericano de Desarrollo?
Puede Venezuela sobrevivir con Uribe en el poder?
Podemos darnos la mano con Calderón, con el presidente de Guatemala, Oscar Berger, que ha olvidado la masacre de 200 mil indígenas a principio de los 80, en manos del genocida Ríos Montt?
Ahora se pide que la FARC deponga las armas.
Se les acusa de esta manera de ser las que han llevado y siguen llevando la violencia a Colombia. Pero no he oido, algo para mi fundamental, más allá de los paramilitares. No he oido, la limpieza necesaria e impresindible dentro del ejército colombiano. No estoy de acuerdo con la retención de rehenes a largo plazo. En todo caso son estrategías que las FARC consideraron impresindibles. No soy quién para juzgar. Lo que no puedo aceptar es este circo alrededor de la Sra. Bentancour. Que al parecer, por las fotos, estaba mejor alimentada en la selva, que la mayoría de los niños colombianos en las ciudades.
He leído hoy lo escrito por Fidel.
Me alegra mucho su declaración, más ue nada, su aclaracion
Estoy de acuerdo con Fidel en lo del humanismo.
Es algo que si queremos llamarnos revolucionarios, debemos practicar. No es fácil en un mundo deshumanizado. La Paz tiene un alto precio de eso estoy convencida.
Pero no quiero la paz de los sepulcros, ni la romana, como dijo Fidel.
No estoy convencida de los cambios pacíficos, que lleven a la transformación de la sociedad, ni del mundo. Suenan campanas de guerra, cada vez más fuertes.
Amenazante la IV Flota surca los mares del sur.
El capitalismo está dispuesto a defenderse con armas atómicas.
El flajelo del hambre amenza, el capitalismo muestra sus feroses dientes.
De qué paz me hablan?
De que paz?, cuando Europa se dispone a expulsar millones de extranjeros. Cuáles seran las consecuencias cuando esas multitudes tengan que volver al hambre, miseria, guerras de las que han escapado? Realmente no entiendo.
domingo, 6 de julio de 2008
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